Daniel Alonso anuncia su jubilación | El Comercio

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JOSÉ MARÍA URBANO Avilés

Daniel Alonso Rodríguez acaba de jubilarse tras cumplir 80 años de edad y haber dedicado prácticamente toda su vida a trabajar y a levantar un grupo industrial que en algunos segmentos es un referente mundial. A partir de ahora figurará como presidente de honor del grupo que lleva su nombre, cediendo la labor ejecutiva y de gerencia a sus hijos varones, Daniel, Orlando y Jesús. Su hija, Sonia, ingeniera de profesión, se ha mantenido siempre al margen de la compañía.

Se puede decir que la vocación empresarial de Daniel Alonso se inició siendo un niño, cuando en su Arija natal se dedicaba a múltiples tareas, aparte de la ayuda en la casa de sus padres. Nacido en 1934, llegó a Avilés en 1952, casi tres años después de que su padre se hubiese incorporado a la entonces fábrica de Cristalería Española en La Maruca.

El futuro empresario trabajó en varios oficios, casi todos ellos relacionados con los camiones, la maquinaria y el metal. Tras hacer el servicio militar en Carretas, Zaragoza, volvió a Avilés y tras permanecer durante unos meses como trabajador de Cristalería, en donde entró como oficial de tercera, decidió compaginar ese empleo con otros trabajos en una pequeña nave en La Maruca, en donde se revisaban fundamentalmente los camiones, los antiguos 'rusos' y los GMC que en aquel entonces no daban abasto para llevar material a la incipiente obra de Ensidesa.

Poco después decidió dejar el empleo fijo de Cristalería y se puso por su cuenta, primero en el mismo espacio de La Maruca, al lado del mítico bar Aladino, hasta que su propietario decidió abrir en el centro su conocido Bar Lámpara, un referente para los aficionados del Real Avilés.

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Nada más iniciarse la década de los 60 compra por 20.000 pesetas el traspaso de un espacio más amplio en la zona de Santarúa y con sus primeros ahorros adquiere también un camión Lancia, que comparte con su primo Julián. Con 31 años se traslada a la Avenida Conde de Guadalhorce, pagando un millón de pesetas por el nuevo espacio fabril. Y a partir de ese momento se puede decir que el grupo Daniel Alonso ya no paró hasta el día de hoy, en que su creador anuncia su jubilación dejando en manos de sus hijos un conglomerado de empresas que siguen en plena expansión, abriendo mercados de forma permanente, aunque ahora el horizonte sea mucho más amplio y abarque prácticamente los cinco continentes.

La intensidad del trabajo de Daniel Alonso y el nombre que se fue haciendo como empresario serio y cumplidor hizo que su cartera de clientes no parara de crecer. A los 40 años deja definitivamente el mono de tarea y 'sube' a las oficinas. A partir de ahí, el despegue del grupo industrial ya es imparable. Empresas como Ensidesa o Endesa empiezan a contratarle obras de envergadura, como la central de Andorra, en Teruel, una obra que marcó a Daniel Alonso, que siempre ha considerado que a partir de ahí todo vino rodado.

A medida que el empresario aumentaba su cartera de pedidos, comenzaba a diversificar el grupo, con la creación de empresas que hoy siguen siendo un referente: Tadarsa, Aplacansa, Daorje, Danima. Con ellas conseguía meterse de lleno en sectores como el de la transferencia de basuras, montajes, fabricación de camiones y maquinaria para el Ejército, transportes especiales y una amplia capacidad para el mantenimiento en centrales como la ya referida de Andorra, a la que seguirían otras en Cartagena, Ferrol o Almería. Tratamiento de residuos en Cogersa, lo mismo que en Canarias o en Galicia, hasta llegar a la exportación de equipos a Cuba, Nicaragua, Venezuela o México.

Con Daorje se convirtió en la empresa auxiliar más importante que ha tenido nunca ArcelorMittal, la antigua Ensidesa. Y con la venta de Daorje se inició una nueva etapa, la actual, en la que el Grupo Daniel Alonso se ha metido de lleno en sectores como el eólico a través de la sociedad Windar Renovables, además de construir una nave especial en Gijón, al lado del tren de chapa de Arcelor, de nombre Dacero.

Como se sabe, el Grupo Daniel Alonso mantiene dos fábricas abiertas en la India y Brasil. La primera de ellas está situada al oeste del país, en el estado de Gujarat, y ocupa unas naves de 17.000 metros cuadrados. Tiene una capacidad de producción de 616 torres anuales, lo que equivale a 1.232 Mw de potencia. La de Brasil está situada en el estado de Bahia, a cincuenta kilómetros de la capital, El Salvador, sobre una nave de 9.000 metros cuadrados y una capacidad de producción de 220 torres anuales, unos 440 Mw.

Es en Asturias en donde Windar desarrolla buena parte de su producción de aerogeneradores y fundaciones offshore, principalmente en el PEPA y también en sus instalaciones de Gijón, al lado del tren de chapa gruesa de ArcelorMittal. Mantiene además plantas de fabricación abiertas en Navarra y Jaén, mientras que en Madrid se encuentra la dirección comercial. Windar Renovables se ha convertido en uno de los líderes mundiales de la construcción eólica, con una cartel de clientes que va en aumento y en la que figuran las principales multinacionales de la energía, como la propia Iberdrola, Gamesa, Alstom, Vestas, Siemens o General Electric, entre otras.

La última gran operación del grupo fue la compra de la ingeniería Idesa para bienes de equipo de petróleo y gas.

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