¿Cuál es el mejor juego de Nintendo 64?
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Hace algún tiempo te hablé de la relación que tengo con la consola de 64 bits de Nintendo. Recuerdo que cuando empecé a ver su publicidad me gustó mucho la idea de que siguiera teniendo cartuchos y que contara con 4 puertos para controles. Creo que Nintendo envió un mensaje muy claro sólo con la arquitectura del sistema: no vamos a dejar que la piratería nos ataque y vamos a apostar más que nunca por el multiplayer local. Creo que la fórmula funcionó, ya que aunque el catálogo de la consola no se acercó ni siquiera un poco al del primer PlayStation, nos regaló auténticas joyas del gaming que sirvieron como referencia para propuestas posteriores. En este espacio me he quejado bastante de su control y de lo mal que envejecieron muchos de sus títulos, pero hoy estoy de buenas, así que vamos a platicar acerca de los mejores exponentes que podemos jugar en este noventero sistema. Sin ningún orden en particular, aquí vamos…
El salto de Mario a la tercera dimensión
Fueron muchas las franquicias que se mudaron al 3D en esta generación. A algunas, como Castlevania, no les cayó tan bien el cambio, pero a la mascota consentida de Nintendo le sirvió para consolidarse (otra vez) como uno de los personajes más entrañables y reconocibles de la historia de los videojuegos. Con un palmarés de 3 sólidos títulos en el NES, un par de obras maestras en el SNES y una trilogía portátil en su canon, Super Mario 64 marcó un antes y un después en lo que a juegos de plataformas tridimensionales se refiere. Varios títulos que posteriormente aparecerían tanto en la misma consola como en otros sistemas seguirían la cátedra de diseño de niveles y mecánicas establecidas por el padre de los collectathon.
Es el juego que más he jugado del sistema. Recuerdo que los amigos que lo tenían lo terminaron con las 120 estrellas relativamente pronto. Una vez que bajó un poco el frenesí, me dieron chance de tomar el control (sí, el del stick feo) y me divertí como enano. Tanto que lo acabé varias veces y hasta se me hizo vicio. Como dato adicional y completamente irrelevante, Super Mario 64 fue el primer juego digital que compré en mi vida.
La ocarina que tardó un lustro en llegar
Con A Link to the past la vara había quedado muy alta en el universo de Zelda. En el título de 16 bits Nintendo experimentó con las dimensiones especulares y cómo Link debía moverse entre ellas para desenrollar la historia y descubrir distintos secretos. La estructura propuesta por este título se repitió en Ocarina of Time, pero fue llevada al extremo con gráficos, ambientación, música y jugabilidad fuera de este mundo. La aventura de Link que volvió inolvidable el año 1998 también sentó un precedente en la industria y para muchos a la fecha sigue siendo, si no el mejor, por lo menos sí uno de los mejores juegos de la historia.
Habiendo encontrado buenos resultados con el mundo oscuro y el de la luz, los desarrolladores optaron por usar el tiempo como lienzo para contar una de las mejores historias de la saga. El giro de tuerca del que fuimos testigos al encontrar por primera vez la Espada Maestra en el Templo del Tiempo aún provoca que se nos ponga la piel de gallina. La ocarina, por supuesto, es fundamental no sólo en términos de narrativa, sino que se vuelve una herramienta indispensable para Link durante su larga jornada. Las tonadas que se pueden ejecutar con ella son de lo más memorable y acompañan de forma muy acertada los momentos claves del juego. Muchos seguidores de la franquicia coinciden en que este exponente es el mejor. ¿Qué opinas?
La irreverencia hecha videojuego
Después de Donkey Kong 64 y Banjo-Kazooie, Rare se aventó la puntada de tomar a una tierna ardilla e introducirla en un mundo oscuro lleno de humor muy subido de tono y momentos incómodos. Conker’s Bad Fur Day es un garbanzo de a libra de la consola y uno de los más grandes atrevimientos del estudio británico. Curiosamente la idea original era crear un juego con una temática mucho más familiar, pero durante el desarrollo surgieron críticas y se decidió darle un giro completo. El resultado fue más que bienvenido por los jugadores, quienes nos reímos y nos sorprendimos al ver un título así en una consola de Nintendo. Además cuenta con grandes referencias a la cultura pop, con lo que los usuarios nos sentimos identificados y mucho más cerca de la peculiar ardilla.
Quizás su único punto débil es que salió en el ocaso del Nintendo 64, de modo que no vendió lo esperado, además de que su clasificación, en el mejor de los casos, evitó que llegara a las manos de muchos chiquillos y chiquillas que no estaban en edad de jugarlo (aunque muchos lo hicieron, por supuesto).
Mario Kart 2
Aquí tenemos otra franquicia para la cual Nintendo echó toda la carne al asador. La entrega original de Super Nintendo sirvió como trampolín para que tuviéramos en las manos una de las mejores iteraciones existentes hasta la fecha. Es uno de los títulos que le sacan mucho provecho al multiplayer local y mis amigos y yo le extrajimos la pulpa. La plantilla de personajes, las pistas, la música y los power ups se combinaron para regalarnos una experiencia de lo más divertida. Incluso en solitario es muy entretenido, con un gran replay value y dificultad considerable.
Recuerdo que lo único que no me gustó es que el modo GP sólo está disponible para 1 o 2 jugadores. Supongo que se hizo así por cuestiones de memoria o algo así, pero hubiera sido muy bueno tener esa posibilidad. Por otro lado, el multiplayer es tan bueno y adictivo que cualquier deficiencia se perdona. Sigue siendo uno de los mejores juegos del género y de la saga.
Rare también hizo un Mario Kart
En el mismo año (1997), Rare lanzó Diddy Kong Racing. Aunque no llegó a ser tan bueno como el desarrollo de Nintendo, sí se acercó demasiado. La movilidad es muy buena, así como la variedad de vehículos y personajes. Recuerdo que tenía un modo historia muy divertido y que las retas con los amigos se ponían muy buenas. Me gustaban mucho las pistas en las que se usaba un avión, que en mi opinión eran las más difíciles.
Jugué mucho Diddy Kong Racing. Aún lo conservo y es muy probable que al terminar de escribir este texto me ponga a jugarlo. Recuerdo que la primera vez que lo terminé me sentí como un verdadero ninja y seguía teniendo ganas de perfeccionar mis tiempos y hacerlo mejor cada vez.
El padre de los FPS
Uno más de Rare. GoldenEye 007 fue el mejor juego de 1997 y con justa razón. Revolucionó la industria en muchos sentidos, regalándonos uno de los mejores modos multiplayer de la historia, así como una lección de cómo hacer juegos de disparos en primera persona. Aunque su mayor valor radica en el juego en conjunto, cuenta con una excelente campaña con distintos niveles de dificultad que esencialmente se distinguen por los objetivos a cumplir. Tiene también una gran variedad de armas, así como un curioso sistema de cheats. Normalmente se dice que el padre del género es Doom, pero muchos coincidimos en que esta obra maestra de Rare fácilmente se puede adjudicar el título.
Sería genial que se le hiciera una revisión en HD o algo mucho mejor que la reimaginación que apareció en 2010, la cual es buena pero carece del encanto que se desborda del original. ¿Mi arma favorita? Las minas de proximidad.
Corneria, cuarto planeta del Sistema Lylat
Con una de las mejores intros que existen, Star Fox 64 llevó a McCloud y compañía a otro nivel. Se tomó todo lo bueno del título de Super Nintendo y se añadió en combinación con la gran capacidad de procesamiento de la consola. Un factor que siempre me cautivó fue que los personajes hablaran. Las conversaciones entre Fox y Falco son invaluables y les dan dimensión a los personajes. Los consejos y la paciencia de Peppy también son dignos de recordar. Tan es así que si vas a Google y escribes “do a barrel roll” la pantalla gira.
El multiplayer consumió largas horas de mi tiempo y el de mis amigos, aunque en menor medida que Mario Kart 64 o GoldenEye 007. Me marcó para siempre la frase que le dice James a Fox: never give up, trust your instincts. Me dieron ganas de liberar al Sistema Lylat… una vez más.
La primera aparición del Mario de papel
Estamos ahora ante una de mis más preciadas adquisiciones en la desaparecida tienda virtual de Wii. La combinación del universo de Mario con un juego de rol ya era conocida, pero en esta consola alcanzó nivel de maestría. La música me hipnotizó desde el primer momento y la dirección de arte es lo más sofisticado que ha hecho Nintendo. Los personajes, la historia y los diálogos también son trascendentes, sobre todo por el género del título, pero se desarrollan de una manera muy amigable involucrando al jugador cada vez más.
La historia es muy similar a la de Super Mario RPG: Legend of the Seven Stars, pero es lo de menos. Es un deleite pasearse por los diferentes escenarios y descubrir lo que hay detrás de cada rincón. Intelligent Systems hizo un excelente trabajo, aunque la idea inicial de Nintendo era que el desarrollo corriera a cargo de Square, pero estaban un poco ocupados haciendo el mejor Final Fantasy para muchos, así que se entiende perfectamente. Esta fabulosa saga sigue vigente y la versión de Nintendo GameCube (Paper Mario: The Thousand-Year Door) también es una maravilla absoluta.
Una obra de arte muy ligera
Para esta generación Nintendo decidió darle seguimiento al gran Super Mario World 2: Yoshi’s Island con un título igualmente alegre pero con un mayor enfoque en la audiencia infantil. Recuerdo que cuando lo conocí se me hizo el juego más cursi y pasteloso de la historia, pero cuando lo jugué me llamó mucho la atención lo ligero que es y el gran empeño que pusieron en su desarrollo. Por primera vez Miyamoto no estuvo involucrado en un juego del dinosaurio, pero aún así el resultado fue sobresaliente.
A diferencia de lo visto en la versión de Super Nintendo, Yoshi’s Story se enfoca más en la resolución de puzzles que en las plataformas, pero eso no le resta valor en lo absoluto. Quizás su punto más débil sea la baja dificultad, sobre todo por ser un rubro en el que su contraparte de 16 bits dio mucho de qué hablar y provocó que muchos lanzáramos el control al piso llenos de frustración.
El primer RPG de la consola en nuestra región
Mi última selección tal vez te parezca extraña. Estoy consciente de que Quest 64 no fue tan popular como los títulos anteriores, pero para mí tiene un valor muy especial porque lo jugué con entrañables amigos y cada vez que lo visito recuerdo aquellos tiempos. Más allá de mis sentimientos de nostalgia, se trata de un título muy simple pero interesante en el que controlas a un chico llamado Brian quien debe librar del mal a la tierra de Celtland. Tiene la estructura típica de un RPG, pero a la vez cuenta con una personalidad muy especial y la música sazona muy bien la experiencia.
El sistema de habilidades y cómo éstas van mejorando es muy sencillo y entendible, así como el menú de objetos y la interfaz en general. Al estar explorando las distintas áreas uno se siente como en una extraña combinación entre Super Mario 64 y Donkey Kong 64, lo cual es completamente entendible por ser el estilo que predominaba en ese tiempo.
Pocos títulos, pero un gran legado
De acuerdo con la Virtual Game Library, el Nintendo 64 tiene un total de 388 juegos en su catálogo, cifra que palidece ante la de sus predecesores, pero sin duda estamos hablando de un gran sistema que marcó una época y llenó de grandes recuerdos las infancias y adolescencias de muchos de los lectores de este sitio. ¿La historia y la suerte de la consola hubiera sido distinta si hubiera optado por usar discos en lugar de cartuchos? Es imposible saberlo, pero lo que sí es un hecho es que el Nintendo 64 se ha ganado un lugar muy importante en las vitrinas de Nintendo y del gaming en general.
Seguramente dejé fuera algún juego que esperabas ver, así que te pido que lo manifiestes en los comentarios. Gracias por leer y nos vemos en el próximo #ViernesRetro.