HOTEL EXPERIENCES: SO/ Vienna, Viena | Vanidad

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Imagen: Cortesía de SO/Vienna

En estas fechas invernales queremos adentrarnos en el corazón geográfico de Europa, y la puerta de entrada es Viena.

Aún con la nostálgica resaca de la Navidad, aterrizamos en una ciudad con frío (como no podía ser de otra manera) y directamente nos dirigimos al SO/Vienna. Lo elegimos por su ubicación, arquitectura y diseño, que firma Jean Nouvel, uno de los más grandes arquitectos de nuestro tiempo. Apoyándose en su pasado Biedermeier y 1900, se manifiesta exuberante en su cubo de cristal, alejado de tradiciones constructivas pero bebiendo de ellas. Y es que este edificio, de corte absolutamente moderno y racionalista, se yergue orgulloso en un mar de construcciones con solera que hacen de la ciudad un museo para pasear descubriendo calles enteras de estilos Renacentista y, sobre todo, Barroco, como la RingStrasse. Sin olvidar los magníficos ejemplos dejados por nuestros admirados Adolf Loos u Otto Wagner... Por sus calles pasearon un gran elenco de intelectuales, como el psicoanalista Freud, pero también artistas del movimiento Jugendstil o el mismo Gustav Klimt. En resumen, toda esta atmósfera, que se ha ido sucediendo en capas a través de las distintas épocas, hace que Viena se nos muestre mágica y apetitosa.Así, entramos en este templo de cristal que nos hospedará para descubrir la calidez de un hotel pensado para el huésped del s. XXI, con todas las comodidades tecnológicas que puede ofrecer nuestra época. El hall, de dimensiones más que generosas, se amplifica por lo diáfano de su contenedor: un espacio sin columnas que hace de la transparencia visual su leitmotiv, tan solo salpicado por mostradores ocasionales que facilitan el check in and out de los clientes.Al subir a la habitación, más de lo mismo, espaciosidad a raudales que puede ser matizada por paneles movibles capaces de determinar áreas más tradicionales o la más pura diafanidad al estilo Blade Runner. Repite aquí Nouvel la fórmula utilizada con éxito en el hotel Puerta de América de Madrid hace ya casi 20 años. Fórmula precursora según el reputado arquitecto de lo que sería el vivir del futuro y que la pandemia ha demostrado ser cierta en su totalidad. Todos los aspectos útiles de la habitación sin barreras quedan escondidos, ocultando así funciones en armarios y cajones que permiten una limpieza visual que relaja la mirada y la sensación de vivir. Una apuesta monacal en pleno s.XXI que nos suaviza el ajetreo de una vida frenética y nos permite recogernos en nuestra zona de comfort con todo a nuestra disposición.Nos despertamos y subimos a desayunar. No damos crédito. Una cortina de cristal se despliega en derredor del edificio entero y nos permite asomarnos a toda Viena. No puede ser verdad, las paredes acristaladas de cinco metros de alto se adueñan del invitado con su transparencia y en un recorrido por todo el perímetro del local ubicamos cada monumento, barrio y parque. El desayuno, como podréis imaginar, transcurre con la boca abierta y sin apenas articular palabra. Todo un espectáculo que continúa en su spa, donde decidimos darnos una sauna, también con vistas.Nos duchamos para subir a cenar y, aunque el restaurante sigue siendo el mismo en el que estuvimos por la mañana, parece otro escenario. La oscuridad sirve de telón de fondo a los miles de puntos lumínicos que se diseminan por la ciudad y que nos dan una imagen nueva y sorprendente de lo que habíamos visto con luz del día. Para colmo, el techo que envuelve toda la estancia es un canvas gigante de Pipilotti Rist, artista del vídeo-arte por excelencia. Difícil describir las emociones que produce cenar en las estrellas. Ya solo por eso, merece la pena acercarse a Viena.

¿Qué ver?

Palacio de Hofburg. Situado en el centro histórico, en Hofburg vivió la familia real de los Habsburgo durante más de 600 años y era su residencia de invierno. Si la visitas podrás ver, además de las antiguas habitaciones de los reyes, el Museo de Sisi y la Platería de la Corte. Además, en otro anexo del Palacio se encuentra la Escuela Española de Equitación, donde puedes ver los entrenamientos de doma clásica de martes a sábado, de 10h a 12h. Biblioteca Nacional de Austria. Situada en el mismo complejo y considerada una de las bibliotecas más bonitas del mundo.Ópera de Viena. Uno de los templos más emblemáticos de ópera a nivel mundial. El interior del edificio de estilo renacentista se puede recorrer con una visita que te llevará por diferentes estancias, como el salón de té, la sala del Mármol, el hall y el increíble auditorio con capacidad para 2800 personas. También puedes asistir a alguna representación, que te proporcionará una visión más real de la vida musical en la sociedad vienesa. Al salir, tendrás a pocos metros la Iglesia de los Capuchinos, una de las grandes sorpresas de nuestro viaje. En esta pequeña iglesia barroca se encuentra la Cripta Imperial, en la que descansan los miembros de la realeza, entre ellos 12 emperadores y 18 emperatrices, destacando sobre todo uno de los féretros, que no es otro que el de Sisi Emperatriz. Catedral de San Esteban. Es el edificio religioso más importante de la ciudad y en el que se celebró la boda y el funeral del genio de la música Mozart.No puedes perderte la subida en ascensor a su torre para ver su característico tejado de azulejos y unas fantásticas vistas del centro de Viena. Parque de la Ciudad o Stadtpark. Este parque de estilo inglés por el que cruza el río Wien, tiene varios lugares que merece la pena conocer, como el monumento a Johann Strauss o el edificio del Kursalon. Saliendo del StadtPark, te encontrarás con la Ringstrasse, una avenida circular de más de 5 kilómetros que pasa por muchos de los edificios y monumentos más visitados de Viena, que podrás recorrer a pie o en tranvía. Te recomendamos acercarte a la Iglesia de San Carlos Borromeo y continuar por la avenida hasta toparte con el enorme edificio del Parlamento, de estilo griego, en cuyo interior se encuentra el Salón de los Pilares y la Cámara de la Asamblea Federal. Tampoco te pierdas, al lado del Parlamento, la espectacular fachada del Ayuntamiento de Viena. Café Central. Tomaos una buena taza de chocolate caliente o un delicioso pastel en este café, el más bonito y famoso de Viena. Un lugar de reunión de intelectuales y artistas de la época, donde su decoración y su música de piano, en vivo, te trasladará siglos atrás. Palacio de Schönbrunn. Nuestro favorito. Aunque la visita a su interior con 40 habitaciones de estilo rococó son una maravilla, lo que más impresiona del palacio, son sus enormes y cuidados jardines. Se encuentra a 8 kilómetros del centro de la ciudad. Complejo residencial Hundertwasserhaus. Una de las visitas más sorprendentes en la que la fachada colorista de las casas con formas onduladas y con árboles saliendo de las habitaciones, son una auténtica locura. No te olvides de echar un vistazo a la planta baja, hay varias tiendas en las que puedes comprar algún recuerdo. Palacio Belvedere. De estilo barroco, goza de unos magníficos jardines en tres niveles, con grandes fuentes y está formado por dos edificios, el Alto y el Bajo Belvedere. En el Alto Belvedere se encuentra una de las obras maestras de la pintura, «El Beso» de Gustav Klimt.

¿Qué comer?

Shiki. Este japonés está encabezado por un vienés nacido en Tokio y cuyo abuelo fundó la marca de relojes Seiko. Era un violinista y director de orquesta acostumbrado a viajar por el mundo y comer en los mejores restaurantes. Un día, hace de seis años, decidió expresar sus sensaciones asiáticas de una forma culinaria, haciendo una interpretación de la comida del sol naciente en el corazón de la capital austriaca. Así consiguió su estrella Michelin en 2017. Sin duda, si vienes a la ciudad de la música no te lo puedes perder. Silvio Nickol. Este estrella Michelin tiene un estilo que no es fácil de olvidar. Sus combinaciones, atrevidas a veces, están pensadas hasta el último detalle, aunando creatividad y respeto por la manufactura en la tradición culinaria. Con una lista de vinos más que sobrada, cabe destacar el servicio, de gran calidad. Steirereck. Es uno de los mejores emblemas gastronómicos de la ciudad. Desde sus fogones, el joven cocinero Heinz Reitbauer propone una visión renovada de la cocina austriaca sin temor a influencias foráneas.

¿Qué comprar?

Swarovski. Sin duda, la famosa marca de cristal austriaco es un reclamo para los amantes del brilli-brilli. Aquí encontrarán tres tiendas distintas a escasos pasos unas de otras dedicadas a hogar, bisutería de coleccionista y bisutería. Los precios merecen la pena para los que quieran añadir reflejos a su día a día. Accesorios Art Nouveau. Austria en general y Viena en particular, poseen una fuerte herencia relacionada con el Art Nouveau y el Modernismo, por lo que comprar un artículo decorativo inspirado en estas corrientes artísticas puede ser un regalo realmente acertado. Entre los obsequios más interesantes, se encuentran aquellos que se acercan más a sus originales en patrón, material y forma. Algunos ejemplos son: bolsos y complementos, con estampados originales de Josef Hoffmann, tazas de porcelana, sets de café o jarrones. Globos de Nieve. Lo sabemos, tal vez pienses que un globo de nieve es un poco simplón y un poco cliché, pero la realidad es que si estás pensando qué comprar en Viena, este es un regalo perfecto. ¿Por qué? Porque este artículo típico de decoración se inventó en Austria hace más de un siglo. Porcelana Augarten. Ya sea que visites el palacio de Hufburg, una elegante cafetería o una casa vienesa local, lo más probable es que te encuentres con algún artículo de porcelana tradicional Augarten. Estos artículos se producen en la segunda fábrica de porcelana más antigua de Europa, al otro lado del canal del Danubio. Los mejores artículos de porcelana que puedes conseguir son joyeros, pequeñas figuras decorativas, platos o sets de café. Chocolate Artesanal. Aunque no cuentan con la fama de los chocolates suizos o belgas, los chocolates austriacos poseen una altísima calidad y son realmente deliciosos. De las muchas buenas tiendas en las que puedes comprar chocolate en Viena, quizás una de las mejores sea Bonbons Anzinger. Aquí elaboran todas sus trufas, dulces y chocolates a mano, creando bombones ideales para regalar a un ser querido a la vuelta de tu viaje. Si además de un souvenir, quieres darte un gusto, puedes detenerte y tomar un chocolate caliente mientras descubres todo lo que esta tienda tiene para ofrecerte. Schanpps. Aunque la bebida más popular en Austria es la cerveza, el Schnapps ocupa un lugar muy importante dentro de la cultura local. Este aguardiente se puede destilar de frutas y hierbas. Los más populares son el de albaricoque y ciruela, sin olvidar al mega popular Jägermeister, que no es otra cosa que un aguardiente destilado de hierbas. Esperamos que no abuséis de esta última recomendación y que disfrutéis de esta bella ciudad, de sus edificios y de su música. ¡Ah! y que os haga menos frío que a nosotros...

Carlos Sánchez

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Imágenes: Cortesía de SO/Vienna

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