La Reina Letizia: despliegue de diamantes y perlas en la primera cena de gala tras la pandemia

Ayer martes, 16 de noviembre, con motivo de la visita de Estado que el presidente italiano Sergio Mattarella hizo a España acompañado de su hija Laura, regresaron las cenas de gala al Palacio Real, que fueron suspendidas al comenzar la pandemia. A tono con la importancia del evento, la Reina Letizia deslumbró sacando la artillería gruesa de su joyero real.

Su elegante vestido de noche negro de línea Armani con tirantes anchos, escote corazón y falda acampanada sirvió en realidad como fondo para realzar las valiosísimas alhajas que lucía la esposa de Felipe VI. Empezando por la tiara, conocida como la diadema rusa, que fue propiedad de la reina María Cristina, madre de Alfonso XIII y su diseño se inspira en el kokóshnik, un tocado tradicional de las campesinas rusas, de ahí su nombre.

Realizada en platino, perlas y diamantes en forma de lágrimas invertidas, al fallecer la soberana regente pasó a manos de Alfonso XIII y este se la regaló a su nuera, María de las Mercedes por su boda con Don Juan. La lució su hija Pilar en su boda con Luis Gómez Acebo y también su nieta Simoneta, en su enlace con José Miguel Fernández Sastrón.

Al morir Doña María, la legó a sus hijos pero el Rey Juan Carlos llegó a un acuerdo con sus hermanas, las Infantas Pilar y Margarita, y se la regaló a Doña Sofía,quien la lució por vez primera en una visita oficial a Noruega en 2006. La Reina Letizia la estrenó hace tres años, en 2018, con motivo de la cena de gala que se ofreció al presidente chino Xi Jinping en su visita a España

En su cuello, la Reina lucía el collar pequeño de chatones, perteneciente a Victoria Eugenia. Formaba parte inicialmente del gran collar de chatones que Alfonso XIII regaló a su esposa por su boda, realizado por la firma Ansorena, proveedora de la Casa Real. El monarca cada vez que tenía que hacer un regalo a su mujer, le compraba dos diamantes que se añadían al collar, que adquirió tal dimensión que Victoria Eugenia decidió dividirlo en dos, integrando el más grande en las "joyas de pasar" que es, por cierto, la pieza más valiosa del joyero real, y el otro más pequeño se lo dejó en herencia a su hijo Jaime. Pero la esposa de este, Emanuela Dampierre, madre del duque de Cádiz, lo acabó subastando aunque fue recuperado por Don Juan Carlos y pudo regresar al joyero Borbón. Ayer, en la cena de gala, Doña Letizia lo acompañaba con una impresionante pulsera de diamantes a juego.

Y como colofón, sujetando la banda verde y roja al mérito de la República Italiana que llevaba cruzada en el pecho en atención a su invitado, destacaba un espectacular broche formado por una gran perla gris rodeada de brillantes de la que cuelga otra en forma de pera. Forma parte del lote "de pasar" de Victoria Eugenia y lo estrenó Doña Letizia en enero de 2019 con motivo de la Pascua Militar.

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