Los anillos de compromiso ovalados se han puesto de moda. Te contamos por qué
Por Elise Taylor
Cuando Travis Barker le propuso matrimonio a Kourtney Kardashian, lo hizo con un anillo con piedra oval de unos 12 quilates, del joyero Lorraine Schwartz. La estrella de reality es la última en lucir la talla favorita de las famosas: los anillos de compromiso ovalados adornan los dedos de Ariana Grande, Hailey Bieber, Serena Williams y Blake Lively, entre otras muchas celebs.
De hecho, las sortijas ovaladas están despertando cada vez más interés entre… bueno…todo el mundo. Según Google Trends, "anillos de compromiso ovalados" ha sido la frase más buscada a nivel global en los últimos cinco años (nada menos). Y aunque el Instituto Gemológico de Estados Unidos estima que el 70% de los diamantes que se venden hoy en día son de talla redonda, la web de comercio electrónico Ring Concierge descubrió recientemente que el 30% de sus clientes solicitaban diamantes de talla oval.
¿A qué se debe que la forma oval en joyería cause últimamente tanto furor? Este tipo de talla alargada, en sus múltiples versiones, existe en realidad desde hace siglos. Los anillos de sello, por ejemplo, solían adoptar una forma ovalada con el fin de ampliar su superficie y que se pudiera grabar más fácilmente el escudo familiar. Según explica Joan Boening, presidenta de la prestigiosa empresa de plata, porcelana y joyas antiguas James Robinson, fue en el siglo XVIII, en la Inglaterra georgiana, cuando a empezó a darse este tipo de talla. Medio siglo después, la reina Victoria adquirió el diamante Koh-i-noor de la India. Mandó retallar la enorme gema de 186 quilates hasta dejarla en una piedra oval de 105 quilates. En 1937, el diamante se colocó en la corona para la coronación de la reina Isabel, la Reina Madre, y hoy se guarda en la Torre de Londres.
También tuvo su apogeo en los años 50. En 1957, Lazare Kaplan, un marchante de diamantes de origen ruso afincado en Nueva York, desarrolló una talla ovalada que podía producirse en masa. La nueva forma contrastaba con los anillos angulosos y de líneas rectas del art déco, muy populares en los años 20 y 30, y se vendió como churros ("Scheer's te cuenta todo lo que necesitas saber sobre el NUEVO DIAMANTE DE TALLA OVAL", decía un anuncio de 1958 en un periódico de Rochester, Nueva York. Scheer, un antiguo fabricante de joyas del distrito de los diamantes de Nueva York, continuaba : "Todo el mundo dice que es más agradecido y elegante que el de talla esmeralda").
El afamado Kaplan era proveedor de Tiffany & Co., Cartier y Van Cleef and Arpels. Muy pronto, la nueva forma figuraba en las vitrinas de todas las joyerías estadounidenses (muchos joyeros pregonaban que una de sus virtudes era parecer más grande que un diamante de talla redonda: "¡Los diamantes ovales parecen más grandes, pero cuestan menos!", decía un anuncio de 1958 en el Orlando Sentinel). A la muerte de Kaplan, se le atribuyó su origen moderno: "Con tales ofertas, era inevitable que el diamante de talla oval que él mismo desarrolló se hiciera popular", rezaba su obituario enThe New York Times.
En 1981, un anillo de compromiso de piedra ovalada brilló en la mano más célebre de toda una generación: la de la princesa Diana de Gales. La joyería Garrard de Londres engastó sobre oro blanco un zafiro ovalado de Sri Lanka de 12 quilates y lo rodeó de un halo de diamantes. Boening recuerda cómo se disparó la demanda de este tipo de sortija en los años ochenta y noventa: "No veas cuánta gente vino buscando algo parecido a lo que llevaba la princesa Diana", dice.
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A finales de los noventa y principios de los 2000, el interés por el anillo oval disminuyó con respecto a sus días de gloria en tiempos de Lady Di. Sin embargo, el emblemático anillo volvió a ocupar el centro de atención del mundo entero cuando, en 2010, el Príncipe Guillermo le pidió matrimonio a Kate Middleton con él. Boening cuenta que hubo un pico similar: "Todos somos anglófilos en cierta medida", aventura. Si añadimos que, poco después, Ryan Reynolds pidió la mano de Blake Lively con un anillo similar, junto a otras muchas famosas de primera línea que se han apuntado a lucir a la misma forma, no es de extrañar que todo el mundo ande fascinado con las piedras ovales, y las compre en consecuencia.
Boening también apunta al mismo factor determinante que proclamaban las joyerías en 1958: el óvalo es una forma muy favorecedora: “Cuando se talla una piedra en forma ovalada, cubre más superficie. De modo que la piedra parece más grande”. El Instituto Gemológico de Estados Unidos lo suscribe: “Un diamante oval tiene mayor superficie que un diamante redondo de igual quilataje, así que puede parecer más grande a simple vista. La forma ovalada ayuda a que el dedo parezca más largo. Además, al no tener ángulos ni esquinas afiladas, los diamantes ovales son menos propenso a astillarse en comparación con otras tallas sofisticadas”. En conclusión, el tándem perfecto: funcionalidad (en el sentido más glamuroso del termino) y tendencia.
Te dejamos con una selección, muy a la última, de anillos con piedra ovalada.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com
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