5 cosas que tienes que saber sobre la protección solar

Cuidado de la pielLa dermatóloga Sam Bunting nos enseña, en cinco sencillos consejos, qué hacer y qué no para proteger (bien) nuestra piel de los daños del sol

Por Hannah Coates

Es oficial: ha llegado la temporada de la protección solar. Aunque usar SPF es esencial para cuidarse la piel todo el año, es ahora –que la luz y el buen tiempo aumentan y pasamos más tiempo al aire libre– cuando muchas nos replanteamos nuestra rutina de piel, SPF incluido. En materia de protección solar, suele haber bastantes dudas en torno a qué formulas nos vienen mejor o cuánta cantidad debemos aplicarnos. Hemos consultado con una dermatóloga, la Dra. Sam Bunting, en busca de sus cinco mejores consejos para saber qué hacer y qué no a la hora de protegernos del sol, para que puedas absorber esa vitamina D tan necesaria con total confianza.

Sí: opta por un solar de amplio espectro

Para proteger la piel de los rayos UVA y UVB, ambos con efectos nocivos sobre la piel, es imprescindible aplicarse un protector solar de amplio espectro. "Lo más importante de todo para mantener una buena rutina de piel es bloquear diariamente los rayos UVA que están presentes durante todo el año", explica la Dra. Bunting. "Pueden atravesar el cristal y constituyen la mayor parte (el 95 por ciento) de la luz ultravioleta que llega a la tierra".

Aunque los rayos UVB son los principales responsables de las quemaduras (al menos de las más visibles) y suelen ser los que más tenemos en cuenta debido a que su daño se observa enseguida, es muy importante asegurarse de que el filtro solar que usemos bloquee también los rayos UVA. Estos provocan arrugas, pigmentación, textura desigual, poros dilatados, endurecimiento de la piel y pérdida de colágeno –es decir, todo lo peor–. “El problema no es tanto irse a la playa de vacaciones. Lo que se acumula con los años es ese paseo diario al mediodía”. Los filtros solares de amplio espectro ofrecen una protección bastante significativa contra los rayos UVA y UVB, y son aptos para todos los tipos de piel.

Sí: elige el filtro solar más adecuado para tu piel

Los protectores solares se dividen en dos categorías: químicos –formulados con ingredientes como el octinoxato y la oxibenzona que actúan como filtros solares, absorbiendo la luz ultravioleta para prevenir daños en la piel–; y físicos, con una base mineral –comúnmente de óxido de zinc y dióxido de titanio– que recubre la piel con un escudo físico que refleja la luz, además de absorberla.

¿Y cuál es la mejor protección de las dos? La Dra. Bunting nos explica que si bien los productos híbridos (a la vez físicos y químicos) proporcionan "muy buena cobertura de amplio espectro de los rayos UVA y UVB", algunos tipos de piel reaccionan por desgracia a las formulaciones químicas, que a menudo son las fórmulas preferidas porque no dejan esa temida capa blanquecina sobre la piel (vale la pena señalar que los solares físicos han mejorado mucho en este aspecto, y blanquean menos gracias a los grandes avances que están dando en el sector).

“Si tienes la piel sensible o con tendencia a enrojecerse, tienes rosácea o cualquier tipo de eccema facial, el protector solar mineral (como el de mi producto Gossamer) es más amable por lo general”, nos dice. “Es también el tipo de filtro que usamos después de realizar procedimientos con láser o peelings, o si la barrera cutánea se encuentra alterada. Ambos tipos pueden proteger bien la piel de los rayos UVA y UVB".

No… escatimes en producto

"Nos hemos vuelto súper pedantes a la hora de explicar el nivel de SPF, pero las marcas raramente cuentan lo importante que es aplicar la fórmula generosamente", dice la Dra. Bunting. "La palabra 'generosamente' significa 10 cosas diferentes para las 10 personas diferentes que lo lean". Para asegurarte de que estás usando la suficiente cantidad y sacando partido de todo lo bueno, la experta recomienda usar un cuarto de cucharadita (o 1,25 ml) como medida óptima para cubrir cara y cuello. "Tienes que pintarte la cara como si estuvieras pintando la pared", ilustra, resaltando la importancia de aplicar una capa uniforme para obtener la protección necesaria.

Un método infalible es su “técnica de los 13 puntos”, que es tan sencilla como parece e implica aplicar 13 puntos diferentes de protector solar alrededor de la cara y extenderlos hasta unirlos todos: “Te permite repartir el solar de manera uniforme sin dejarte partes olvidadas. Si empiezas a seguir desde ya estos sencillos rituales, envejecerás maravillosamente, hasta los 40 años y más allá. Para mí es como la Biblia”.

No… confíes (solo) en el SPF de tu maquillaje

Es muy común creer (erróneamente) que ya estamos protegidas del sol con el SPF que lleva nuestra base de maquillaje diaria. La Dra. Bunting advierte que lo más probable es que no sea así. “Hay que usar un protector solar específico. Lo más seguro es que el SPF15 de tu hidratante con color no te valga, porque con eso solo proteges la piel un poco de los rayos UVB". A eso se añade que no solemos aplicarnos la cantidad suficiente como para estar bien protegidas ni cubrir con esta base absolutamente todas las zonas del rostro, lo que apuntala aún más la importancia de aplicar un protector solar más específico.

No… lleves un filtro solar bajo

La eterna duda: ¿SPF 30 o 50? “Yo estoy profundamente a favor del SPF50. La luz ultravioleta es un ente conocido que no solo causa envejecimiento prematuro, sino también cáncer, y ambas relaciones están demostradas sin lugar a dudas. Ambas cosas se pueden prevenir en alto grado”, defiende la Dra. Bunting. Según señala, el SPF50 ofrece un 95 por ciento de protección contra los rayos UV en comparación con el 93 por ciento del SPF30 (una diferencia del dos por ciento que, con el tiempo, se acumula). A esto se añade que nadie es perfecto, en el sentido de que muchas veces nos aplicamos menos protección solar de la que deberíamos. "Puestos a aplicarse poco, prefiero que sea un SPF50 que un 30".

Este artículo se publicó originalmente en Vogue.co.uk

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