Estos son los cosméticos que deberías meter en la bolsa del gimnasio

Hacer más ejercicio, dejar de fumar, comer de manera saludable, perfeccionar el inglés, reducir el consumo de alcohol, leer más… ¿Te suenan de algo? Efectivamente, son los propósitos de año nuevo que más se repiten en las wish lists de medio mundo y que sientan las bases del hombre en el que nos gustaría convertirnos en un futuro próximo. Pero, de entre todos, uno destaca sobre el resto: apuntarse al gimnasio. Y es que los remordimientos por haber disfrutado de las fiestas sin ningún tipo de freno nos provocan un sentimiento de culpabilidad que únicamente podemos borrar sudando a mares sobre la bicicleta de spinning. Pero, como ya te contamos aquí, es recomendable aprovechar enero para ir recuperando poco a poco los buenos hábitos alimentarios y esperar a febrero para pagar la matrícula del gym. Pues bien, casi sin darnos cuenta, febrero está ya a la vuelta de la esquina. Ha llegado el momento de la verdad, de enfundarte el chándal y enfrentarte cara a cara con esa lorza que, antes de las navidades, no estaba ahí y que empezó a aflorar silenciosamente con el segundo gin tonic de la ahora lejana cena de empresa. Eso sí, ten en cuenta que practicar cualquier disciplina, desde correr en la cinta a levantar mancuernas, tiene consecuencias directas sobre la piel, como el aumento de la producción de radicales libres, por lo que debes adaptar el ritual de cuidados a la rutina de ejercicios. Para quedarte solo con lo bueno del deporte y ponerte en forma sin que tu cutis envejezca prematuramente, incluye estos seis cosméticos en tu bolsa del gimnasio.

1. El club de la ducha

Ducharse inmediatamente después de terminar la práctica deportiva es uno de los errores más comunes que se ven en el gimnasio porque, aunque ya nos hayamos bajado de la elíptica, el cuerpo sigue transpirando durante unos minutos. Por eso, es recomendable esperar un rato antes de ponerse bajo la alcachofa y dejar que el agua tibia empiece a relajar los músculos cansados. Además, a través del sudor, perdemos una ingente cantidad de agua y electrolitos, por lo que es conveniente que el gel que utilicemos esté enriquecido con oligoelementos y minerales.

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2. Un champú seco para el cabello

Es la eterna duda que nos surge a todos: si me he lavado el pelo por la mañana, ¿puedo volver a hacerlo después de hacer ejercicio? Depende de tu tipo de cabello y de la cantidad de sudor generado. Darse una pasada solo con agua es la opción más segura, pero si gustas de lucir una melena de anuncio, el champú seco es la mejor solución porque limpia, refresca y texturiza el cabello sin necesidad de mojarlo. Formulado con activos capaces de absorber la grasa, el sudor y el olor, como el almidón de arroz, se presenta en un cómodo formato en spray y se aplica directamente sobre las raíces, a unos 30 cm del cuero cabelludo. Déjalo actuar unos minutos y, con un cepillo o un peine, elimina el polvo residual.

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3. Limpieza facial antes y después

Si practicas deporte a primera hora de la mañana, justo después de haberte realizado en casa la rutina de cuidados, no es necesario. Pero si eres de los que van al gimnasio al salir de trabajar, es conveniente que, antes de subirte a la cinta, te hagas una buena limpieza facial. Porque con el ejercicio se abren los poros y las partículas de suciedad y polución que se han ido acumulando en la superficie cutánea durante el día pueden acabar en su interior. Y, cuando hayas terminado de ponerte cachas, repite la operación para eliminar los restos de sudor y preparar el terreno para los activos aplicados a continuación. Eso sí, para completar los cosméticos de tu bolsa del gimnasio, elige una fórmula suave que respete el pH de la piel.

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4. Combate los radicales libres

Al hacer ejercicio, el organismo libera grandes cantidades de serotonina, dopamina, endorfinas y demás neurotransmisores que nos hacen sentir la mar de bien. Pero también aumenta de forma drástica el estrés oxidativo y, con él, la producción de radicales libres, que son los principales responsables del envejecimiento cutáneo. Para paliar sus efectos, y después de la limpiadora, aplícate una fórmula hidratante que, además, contenga activos antioxidantes, como las vitaminas A, C y E o el resveratrol.

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5. Hidratación corporal

El sudor deshidrata por dentro y el agua y el jabón, por fuera. La sequedad cutánea es una de las principales enemigas de los cuerpos esculpidos con esfuerzo porque hace que la piel pierda flexibilidad y se arrugue. De ahí que recuperar el nivel hídrico óptimo sea fundamental para que el trabajo realizado luzca en todo su esplendor. Después de ducharte y secarte bien con la toalla, aplícate una buena loción corporal que te ayude a recuperar la hidratación perdida durante y después del ejercicio. Y, a no ser que te guste exhibirte en paños menores frente a tus colegas de gimnasio, decántate por una fórmula de rápida absorción que te permita vestirte enseguida.

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6. Maximiza el entrenamiento

No nos engañemos. Si te pasas el día tirado en el sofá y engullendo bollería industrial como si la fueran a prohibir, las cremas reductoras no sirven para nada. Pero como complemento de una dieta equilibrada y la práctica deportiva son muy útiles. Formuladas con activos que aceleran la degradación de los triglicéridos, como la cafeína, la carnitina o la creatina, se pueden aplicar tanto antes como después del ejercicio y ayudan a reducir la grasa localizada, tonifican los tejidos, reafirman la silueta y definen los músculos.

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