La Voz de Córdoba Enrique Castillo, enfermero: “Una enfermera no puede dar calidad en sus cuidados con un exceso de pacientes a los que atender”

La Voz de Córdoba Enrique Castillo, enfermero: “Una enfermera no puede dar calidad en sus cuidados con un exceso de pacientes a los que atender”

La Voz de Córdoba Enrique Castillo, enfermero: “Una enfermera no puede dar calidad en sus cuidados con un exceso de pacientes a los que atender”

Preste atención a la palabra ‘ratio’ porque a lo largo de esta entrevista va a salir unas cuantas veces. Según el diccionario, la ratio es la relación cuantificada entre dos magnitudes que refleja su proporción.Si lo contextualizamos a las siguientes líneas, podemos decir que la pandemia ha dejado un número de pacientes de una magnitud considerable y que la relación cuantificada respecto al número de profesionales de enfermería es de una magnitud menor. De hecho, considerarla ‘magnitud’ es hasta generoso, según se desprende de lo que nos cuenta Enrique Castillo (Córdoba, 1957), presidente en funciones del Colegio Oficial de Enfermería de Córdoba que hace unas semanas semanas presentó un decálogo que eran las tablas de la ley de la susodicha ratio, el reconocimiento salarial y profesional, la formación universitaria y el valor de las especialidades.

Enrique Castillo nos recibe en las dependencias del Colegio, muy cerca de la Calleja de la Flores, lo cual dota al colectivo profesional sanitario de un grado superior en cordobesía y turismo. No se puede estar mejor ubicado aunque la realidad del día a día sea otro cantar y los enfermeros emigren a tierras españolas de promisión. Castillo lo cuenta con rotundidad y conocimiento del que ejerce la veteranía como el valor que es. Por cierto, la ratio enfermera/paciente se refiere al número de enfermeras por cada 100.000 habitantes. Y aclarado esto, recuerden que estos hombres y mujeres eran a los que aplaudíamos en marzo y abril de 2020 desde los balcones cuando se jugaban el pellejo por todos nosotros.

¿Qué ha quedado de los aplausos?

Los meros aplausos. Cuando llegó la pandemia nos pilló a todos mal, sin material de protección, algo que denunciamos desde el Colegio. Decidimos actuar para intentar proteger a nuestros colegiados y a todos los enfermeros. Ha ido creciendo el número de infectados de entonces. La enfermería estaba completamente desprotegida. No había medios ni en la provincia, ni en Andalucía ni a nivel nacional. Hemos estado luchando y pidiendo no solo material, sino que las enfermeras y enfermeros estuvieran protegidos adecuadamente, y que la ratio enfermera/paciente que venimos solicitando desde hace tiempo sea la adecuada. ¿Estamos mejor ahora en ese sentido? Pues no, porque no se establece por real decreto Ley que sea de obligado cumplimiento, en todo el territorio nacional, que haya una mínima ratio enfermera/paciente cercana a la europea. Ni tan siquiera pedimos que sea igual. Eso implica una saturación de la enfermería.

Cuando llegó la pandemia esos aplausos los recibíamos con mucho cariño. De hecho, en una encuesta realizada por el Colegio Oficial de Enfermería de Córdoba a la población cordobesa, ésta nos dio una nota muy elevada; un 9,09. Eso significa que los aplausos reflejaban una realidad. Pero deseamos algo más que los aplausos. Queremos que las enfermeras no regresen a sus casas saturadas psicológicamente, que desarrollen su trabajo sin angustia. Por eso la ratio se tiene que adecuar ya.

La Voz de Córdoba Enrique Castillo, enfermero: “Una enfermera no puede dar calidad en sus cuidados con un exceso de pacientes a los que atender”

Faltan enfermeras y enfermeros pero, sin embargo, hay un importante número de profesionales que se van fuera de España.

Ahora mismo esa situación ha cambiado bastante debido al Covid. Con la pandemia esa salida se paralizó. Algunos se lo piensan antes de marcharse. El problema no es que se vayan a Francia o Reino Unido, sino que emigran a otras comunidades autónomas porque le hacen contratos más duraderos. No contratos en precario de meses, sino contratos renovables de un año . Entonces, cualquier persona que no tenga cargas familiares se va a otra comunidad, se establece en ella, rehace su vida y después ya no vuelve. Y no solo es que se marchen: la Facultad de Enfermería de Córdoba, por ejemplo, solo tiene 126 futuros profesionales y eso no cubre las necesidades ni del 1% de los contratos.

Gana más un enfermero vasco que uno andaluz ¿no?

Sí. Esa es otra cosa que venimos denunciando desde el Colegio. Es incomprensible que un enfermero que realiza la misma labor, con las mismas tareas, en Andalucía que en el País Vasco o Navarra gane menos. Esa disparidad se da por los complementos, no por el sueldo base, que lo establece el Estado. Por eso exigimos que los sueldos sean equiparables en todo el territorio nacional.

Respecto a las contrataciones, el Servicio Andaluz de Salud defiende que durante la pandemia han contado con más profesionales.

Sí, yo no lo discuto. Pero nosotros no solo queremos que contraten a más enfermeros, sino que además establezcan una ratio mínima y que la duración sea por lo menos de un año, no de meses. En el mercado laboral también funciona la oferta y la demanda. Hay comunidades que ofrecen trabajo de enfermería con una cuantía económica alta y a un año. Y la gente escoge. Sabemos que la administración andaluza está apostando por la enfermería y la sanidad pública, pero en enfermería, insisto, hay que establecer unos criterios de una ratio y empezar ya a trabajar para que los salarios se igualen en todo el territorio nacional.

En contraste, las empresas sociosanitarias del sector privado se quejan de que no pueden competir salarialmente con la oferta pública. Y en muchas ocasiones no encuentran trabajadores para sus centros o se van a la sanidad pública en cuanto pueden.

Sí. La disparidad de sueldos de las enfermeras que prestan sus servicios en la privada o privada concertada con respecto al SAS es bastante significativa. En los convenios colectivos que tengan esas empresas debería analizar esa situación. Están contratando a profesionales muy formados, universitarios de grado y que desarrollan las mismas funciones. Deberían igualarlos. Desde el Colegio pedimos también al SAS que todos aquellos que presten sus servicios en hospitales privados concertados, mutuas, residencias de mayores o centros de diálisis se les cuente ese tiempo trabajado como mínimo a 0,10 puntos para poderse integrar en la bolsa de trabajo, porque prestan servicios a ciudadanos que están en el servicio andaluz de salud.

¿Cómo está respondiendo la enfermería a esta última ola de Covid y cómo le está afectando profesionalmente?

Pondré un símil para explicarlo. Imagínate que estamos en la playa y llega una ola y nos tumba. Nos levantamos riéndonos. Llega una segunda y nos tira otra vez. Cuando llega la sexta ola, ya estás agotado. Eso le está pasando a la enfermería. No estamos agotados profesionalmente porque yo pongo la mano en el fuego por los más de 4.500 enfermeros de la provincia de Córdoba. Lo están dando todo y más, y me siento muy orgulloso de pertenecer a esta profesión y de los profesionales que tiene el Colegio. Esta sexta ola se sabía que iba a venir. La gente se relajó con las medidas preventivas.

¿Pero la gente tiene la culpa de los contagios?

No, la culpa la tiene el bicho. Eso está claro. Pero no le demos pie al bicho para contagiar. Nosotros, desde el Colegio de Enfermería de Córdoba, hemos dado a la población a través de los medios de comunicación y redes sociales una serie de medidas de cautela.Mascarillas, distanciamiento sociosanitario, lavado de manos, evitar ambientes cerrados… Es la educación para la salud que nosotros transmitimos desde el Colegio. Si la población es bastante receptiva, los contagios no desaparecerán – y Ómicron es una cepa muy contagiosa- pero estarán más controlados. Sé que todos estamos cansados psicológicamente por la situación y el tiempo que lleva, pero no podemos relajarnos. Seamos cautos. Este bicho acecha detrás de la puerta. Esperemos que con la investigación y las vacunas se vuelva endémico y que se gripalice, como se suele decir ahora. Aunque con esta sexta ola no se están saturando los hospitales sí lo están los centros de atención primaria y con ellos, los enfermeros que hacen su trabajo ahí.

Hace unas semanas presentaban un decálogo que en realidad son diez reivindicaciones profesionales que consideran fundamentales para la enfermería. ¿Temen que cuando pase la pandemia estas reivindicaciones y algunas medidas que se han implementado ahora se olviden?

Eso es lo que temo, sí. Cuando llegue ese día, y ojalá esté cercano, vamos a relajarnos no en las medidas sanitarias pero sí en la contratación de profesionales. Y no hablo solo de enfermeros sino de médicos, auxiliares , celadores o técnicos. Es que hay que establecer una ratio ya de una vez. Para siempre. No es imaginable que ningún municipio rebaje la plantilla de bomberos en invierno porque haya menos incendios, valga el ejemplo. En sanidad hay que establecer una ratio adecuada para dar cuidados, prevención y educación para la salud. Un enfermero o enfermera no puede dar calidad en sus cuidados con una cantidad excesiva de pacientes a los que atender. Y a la gente no se le puede pedir que no enferme.

De hecho lo hemos visto. Terminó la quinta ola, se normalizó un poco la situación en los hospitales y cesaron los contratos-Covid. No tenemos el número exacto pero sí aproximado por las bajas que se solitaron en el Colegio. Algunos de esos profesionales, cuando los volvieron a llamar al inicio de la sexta ola, se habían marchado a otras comunidades autónomas a trabajar.

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