El orden correcto para aplicar los cosméticos, de la limpieza a la crema

Cuidar tu piel, mantenerla sana e hidratada es una de las claves para retrasar el envejecimiento. Si además le dedicas una rutina de belleza diaria, constante y responsable, los resultados te dejarán alucinada. Porque el mejor activo de cualquier producto de belleza es la constancia. Eso lo han demostrado los expertos y también nosotras a lo largo de los años. Y, además de que requiere tiempo y mimos, hemos descubierto que el orden de aplicación de los productos sí importa.

Es algo que se habla en todas las biblias de la cosmética, por ejemplo en la que escribió Lilin Yang, 'El arte coreano del cuidado de la piel'. La fundadora de Miin Cosmetics insiste en que, al aplicar un producto, debemos tener en cuenta su función y su textura y colocarlo en el orden que toca en la rutina de belleza.

Dedicarle tiempo al cuidado de la piel es uno de esos pequeños placeres a los que les robamos tiempo a diario. Comprar cremas con las que soñamos y que nos recomiendan por todas partes le añaden más magia al momento, pero, acto seguido e irremediablemente, nos surgen mil dudas sobre las rutinas que debemos seguir. Y es que, aunque todo el día te damos mil datos, nos hemos dado cuenta de que no te recordamos lo básico: ¿cómo se aplica qué? ¿Y cuándo?

La cantidad de información con la que solemos contar nos lleva siempre a una duda básica: ¿de verdad el orden de los factores altera el resultado? ¿Qué hay que poner antes, la crema o el contorno de ojos? o ¿por qué el sérum tiene que ir siempre el primero? El alterar el orden correcto de los productos no tiene por qué suponer un riesgo para la piel, pero sí puede influir en la eficacia de los ingredientes que utilizamos. Así que apunta bien

Primer paso: limpieza

El primer paso, mañana y noche, siempre es el mismo: limpiar la piel. Al despertarnos, para ayudarla a eliminar los desechos nuestra piel ha ido segregando en su proceso de reparación nocturna, y al acostarnos para quitar el maquillaje, los restos de polución y suciedad que ha acumulado con el paso de las horas. Este paso sirve también para preparar el cutis para todo lo que vamos a ponernos a continuación y mejorar su penetración, con lo que aprovecharemos mejor hasta la última gota de crema que usemos.

Con la idea de conseguir eliminar cualquier rastro de suciedad pero sin dañar la piel, en Corea del Sur comenzó a ganar popularidad la limpieza en dos pasos. La técnica es sencilla y no lleva mucho más tiempo que una higiene al uso. Primero se utiliza un limpiador oleoso (bálsamos, aceites, limpiadores bifásicos) para retirar los restos de maquillaje, especialmente si se usan fórmulas waterproof. A continuación, y tras enjuagar el rostro, llega el momento del limpiador de base acuosa, tipo gel, jabón o espuma. Su finalidad es la de limpiar en profundidad la piel una vez el limpiador de base oleosa ha retirado maquillaje, restos de crema y fotoprotector.

Segundo paso: la exfoliación

En palabras de Sandra Burgos, directora de formación de Clinique, “su objetivo principal es retirar las células muertas de la superficie de la piel junto a cualquier resto de suciedad o grasa y ayudar a normalizar su renovación celular que, con el paso del tiempo, se va ralentizando”. Lo ideal es afinar la textura, suavizar las líneas finas que aparecen por una débil hidratación (lo que permite mostrar el rostro más radiante al reflejar mejor la luz) y ayudar a optimizar el efecto del maquillaje.

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Los limpiadores físicos, aquellos que tienen pequeñas partículas algo más duras para desincrustar suciedad y células muertas, pueden resultar muy agresivos se utilizan a diario y terminar sensibilizando la piel, así que los limpiadores químicos, tipo peeling, con AHA (alfahidroxiácidos) o BHA (betahidroxiácidos) son una buena opción. Si no te sientes demasiado cómoda con la exfoliación, siempre puedes realizar en días alternos o un par de veces por semana.

Tercer paso: tónico

Aplicar el producto hidratante antes de haber estabilizado el pH de la piel no tiene sentido. Así que no te saltes uno de los pasos fundamentales para que tu piel luzca sana. Después de este aplicaríamos la esencia o loción, "este tipo de fórmulas se utilizan mucho en la cosmética coreana porque preparan la piel para que esté más receptiva a los tratamientos que aplicaremos con posterioridad, es un conductor ideal para acelerar la hidratación", explica Sunny Cho de Koss Cosmetics.

Cuarto paso: el sérum

Lo primero que hay que poner es el sérum. La razón es que sus fórmulas tienen una concentración de activos mucho más elevada que las cremas y son más ligeras. Esto hace que sean capaces de alcanzar capas más profundas a las que no podrían llegar si se 'tropezaran' con una textura más densa, como es la de las cremas. Es el paso en el que puedes incluir los activos más potentes y los cuidados específicos para tu piel.

Quinto paso: contorno de ojos y labios

Tras ellos van el contorno de ojos y labios. La piel de estas zonas está sometida a movimientos mucho más frecuentes que los del resto de la cara y, por si fuera poco, es más fina, especialmente en el caso de los párpados. Así, además, podemos aprovechar para aplicar un ligero masaje que descongestione y relaje la zona. Otra razón para extenderlos antes de la crema es que esta no se deben poner en estas áreas precisamente por ser más densa y, en ocasiones, por llevar activos que puedan provocar alguna irritación.

Séptimo y último paso: crema de tratamiento

El punto final es la crema de tratamiento, tanto la de día como la de noche. Deben ir las últimas por otro factor añadido: crean una barrera protectora que evita la deshidratación y, además de su acción específica (antimanchas, antiacné, etc), frenan procesos como la oxidación celular. En el caso del tratamiento de día, mejor con SPF, para garantizar un cuidado añadido frente al fotoenvejecimiento. Si no es así, hay que complementarlo con un protector solar todos los días del año.

Protección solar y un último consejo

No solo es importante aplicar los productos en el orden adecuado, sino también aplicar un protector solar después de todos ellos. Entre cada uno deja pasar unos segundos: con medio minuto es suficiente. De esta forma nos aseguramos de que los activos penetren en la piel y garantizamos su efectividad. Además, evitamos saturar la tez innecesariamente y reducimos el posible riesgo de que aparezca un brote de acné o se formen bolitas de grasa en zonas críticas como el contorno de los ojos.

En el neceser

•​ ​Como la seda. Las muselinas de algodón orgánico de Kóoch Green Cosmetics están diseñadas para retirar la limpiadora suavemente y exfoliar ligeramente la piel. Para usarlas, hay que humedecerlas en agua tibia y quitar la leche que hayamos utilizado. Luego solo hay que enjuagarla bien y dejarla secar antes del siguiente uso.

•​ ​Con sabiduría. La hierba enmei, muy apreciada en Japón por sus propiedades sanadoras, es la protagonista de la fórmula del sérum Future Solution LX, de Shiseido. (298€). Además de fomentar la capacidad de autorregeneración de la piel, protege de los daños externos y tiene acción antioxidante gracias al extracto de té verde que lleva también.

•​ Siempre a mano. El Total Lip Treatment de Sensai (41€en El Corte Inglés), a base de extractos botánicos que cuidan y rellenan las arruguitas que rodean los labios, se declina en un tamaño mini de edición limitada. Además de tratar, hace que los labios parezcan más voluminosos.

•​ Plus de cuidado. Lancaster ha reformulado la composición de la línea Total Age Correction (49,29€ en El Corte Ingles). Ahora, además de actuar sobre factores tan diversos como la aparición de arrugas, la flacidez y las manchas, aumenta su protección contra las agresiones del entorno y el sol, ya que tiene un SPF 15. Y, por si fuera poco, potencia la luminosidad de la piel.

•​ ​Acción global. Eucerin ha creado una versión especial de su Hyaluron Filler Noche (29,55€ en El Corte Inglés) para cubrir las necesidades específicas de los cutis secos, ya que precisan un plus de hidratación a la vez que combaten la falta de elasticidad y las arrugas. Lleva ácido hialurónico, saponina, urea y ceramidas.