Demostrado: nos estamos lavando el pelo de forma errónea. Así se debe hacer

Demostrado: nos estamos lavando el pelo de forma errónea. Así se debe hacer

Demostrado: nos estamos lavando el pelo de forma errónea. Así se debe hacer

Que si lavarlo todos los días es lo peor que puedes hacer, que si ojito con el champú que utilizas, que tengas cuidado con aclararte antes de tiempo o, lo peor, nunca te aclaras los suficientemente bien y te pica horrores el cuero cabelludo. Sobre el lavado de cuerpo y cabello se ha dicho mucho, pero el problema reside en que tratamos de generalizar consejos cuando ni todos tenemos el mismo tipo de pelo ni nuestra piel reacciona igual ante la intensidad y frecuencia de las duchas.

Ahora los expertos quieren que desterremos todos estos trucos infalibles para cuidar del cabello que llevamos años poniendo en práctica y variando según su efectividad 'científicamente testada'. Tienen la prueba de que todos nos lavamos mal el pelo, y así podemos solucionarlo.

Y yo con estos pelos

Champú especial para pelo teñido y rizado; mascarilla para bucles infinitos o un alisado japonés; productos anticaída que aseguran que nos crecerá una nueva y voluminosa mata; y la eterna duda de si tenemos un pelo 'graso', 'seco' o 'normal'. Opciones hay muchas, pero ¿estamos acertando con nuestra elección dejándonos guiar por lo que pone en la etiqueta?

“Conocer el tipo de cuero cabelludo que tenemos y el diámetro de nuestros mechones puede ayudarnos a entender cómo debemos lavarlo”, explica la experta en salud capilar Claire Coleman en 'The Daily Mail', donde recoge las conclusiones a las que un equipo de profesionales ha llegado para que las personas puedan realmente sacar el máximo provecho de su ritual de lavado.

Frecuencia

La asiduidad con la que tenemos que lavarnos el pelo lleva años siendo motivo de polémica entre expertos y usuarios. Por suerte, parece que, mientras los segundos seguirán defendiendo sus posturas en base a sus costumbres habituales, los profesionales han llegado a una conclusión: lavarlo a diario podría resultar beneficioso, siempre que nuestro cuero cabelludo lo demande.

“La cantidad de aceite que produce nuestro cuero cabelludo es la que dicta la frecuencia de lavado. Cuanto más tiempo tarde en ponerse aceitoso y lo notemos más seco, menos tendremos que lavarlo”, asegura Estelle Baumhauer, especialista en peluquería.

Demostrado: nos estamos lavando el pelo de forma errónea. Así se debe hacer

La forma más sencilla de averiguar si el pelo es fino, medio o grueso es hacerse una coleta

¿Que te lo lavas a diario porque parece que tus mechones rezuman aceite? No pasa nada. De hecho, si tu piel es algo grasa es bastante normal que tu cuero cabelludo sea igual y notes la necesidad de darte un agua en el pelo a diario o cada dos días. Si, por el contrario, eres de piel seca, una o dos veces a la semana será más que suficiente.

Champús: oferta ilimitada, mismos resultados

Si te dejas llevar por la opción de cabello 'graso' o 'seco' para mejorar el aspecto de tu pelo, lo estás haciendo mal, o, al menos, deberías empezar a asumir que no vas a lucir un cabello demacrado por decantarte por uno u otro. “El uso de un champú o acondicionador equivocado no va a dañar tu cabello”, asegura Anabel Kingsley, quien recomienda que más que centrarnos en escoger uno u otro producto procuremos no lavarnos nunca el pelo con el agua demasiado caliente ya que en tal caso dará igual con qué nos enjabonemos: estaremos carbonizando nuestro pelo sea cual sea su textura.

Tintes y tratamientos

Tampoco hay que alarmarse y lanzarse a la compra de productos específicos. Como venimos diciendo, lo importante es no lavarnos con agua muy caliente, mantener una frecuencia adecuada en función de la sequedad de nuestro cuero cabelludo y aclarar bien el producto. Sin embargo, los expertos recomiendan que si nos hemos sometido a un tratamiento químico de tinte o alisado, utilicemos productos libres de sulfatos que pueden aumentar el eje del pelo, consiguiendo que los pigmentos de color o el alisado aguanten más tiempo y en mejor estado.

Atentos al grosor

“La forma más sencilla de averiguar si el pelo es fino, medio o grueso es hacerse una coleta”, recomienda Estelle Baumhauer, especificando que si el espesor de la cola de caballo es igual o menor que la circunferencia de una moneda de cinco céntimos –21,25 milímetros– tendremos el cabello fino, del tamaño de una de 20 céntimos normal y a partir de ahí podremos decir que nuestro pelo es grueso y voluminoso.

La cantidad de aceite que produce nuestro cuero cabelludo es la que dicta la frecuencia de lavado

Ahora lo que ya sabes: el fino suele ser más graso porque hay más pelos por centímetro cuadrado de cuero cabelludo. Si partimos de la base de que cada uno de los folículos pilosos cuenta con una gládula sebácea, obtendremos la respuesta a este saber universal. La solución: limpiar y aclarar eficazmente las raíces masajeando el cuero cabelludo con las yemas de los dedos y, cómo no, aclarar bien retirando cualquier resto del producto.

De la raíz a las puntas

Aplicando la lógica, tú mismo podrás sonsacar que cuanto más grueso sea un cabello, mayor superficie abarcará. Así, este tipo de pelo es más propenso a la deshidratación y al rizo descontrolado, explican los expertos insistiendo en que se preste atención al lavado de toda la zona cubriendo cada mechón con champú y aclarándolo adecuadamente.

Tiene una debilidad

Otras de las características más escuchadas en anuncios de productos para el cabello: antirrotura. ¿Realmente se puede hacer algo para evitar que los cabellos se partan y las puntas se abran? Los expertos coinciden en centrarnos en nutrirlo adecuadamente con aceites naturales y evitar algunos de los peinados o tratamientos que más perjudican la fuerza del cabello. Entre los peores, el pelo afro –“el más frágil y quebradizo de todos”, según Kingsley–, que por su porosidad y facilidad de enredo necesita una gran cantidad de humedad para poder peinarlo.

Caspa y picores: la excepción

Si tienes problemas en el cuero cabelludo, como picores o escamaciones, necesitarás un champú adecuado. “El cuero cabelludo es la base de su folículo piloso y el pelo no puede crecer sano si este no está en buenas condiciones”, advierte Kingsley. Una piel escamosa podría incluso provocar la caída del cabello como consecuencia de la acumulación de escamas y restos de piel desequilibra los niveles de microorganismos en la zona.

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