La ola de calor y las principales prevenciones para cuidar nuestra piel

La ola de calor y las principales prevenciones para cuidar nuestra piel

La ola de calor y las principales prevenciones para cuidar nuestra piel

En verano, la frecuencia con la que estamos expuestos al aire libre es mayor a la del resto de las estaciones, y también la incidencia de los rayos solares sobre la Tierra es más fuerte. Por eso, las medidas de prevención deben ser mayores ahora, pero debemos tomar conciencia de que el cuidado de la piel debe ser todo el año.

Evitar los horarios pico y utilizar barreras físicas (vestimenta, gorras, etcétera) y barreras químicas (protectores solares +50) son las principales, pero no las únicas.

La dermatóloga Andrea Rodríguez dialogó con La Salud y la Gente sobre cómo intensificar esos cuidados y cuáles pueden ser las consecuencias de no hacerlo. “Es preferible que desde las 11 y hasta las 17 no estemos expuestos al sol, que utilicemos siempre ropa clara, si es con mangas largas mejor, gorra para cuidar la piel de nuestro cuero cabelludo, donde hemos encontrado lesiones, y una pantalla solar que generalmente tiene que ser de entre 40 y 50″.

La especialista destacó que hay muchos laboratorios que tienen importantes estudios previos para el desarrollo de sus productos sobre el cuidado de la piel. “La pantalla se debe reponer en la piel cada dos a cuatro horas, siempre de acuerdo a las actividades que hagamos al aire libre. No se trata sólo de ponernos a la mañana al salir”

–Hay una tendencia a cuidarnos en verano, pero no el resto del año.

–Hay medidas que debemos adoptar siempre. El cuidado de la acción de los rayos ultravioleta tiene que ser todo el año. Nuevos estudios han determinado que no solamente debemos protegernos de los rayos UVV sino también de los rayos UVA, y por eso los laboratorios están fabricando protectores soleares con bloqueadores para ambos tipos. Lo que no debemos olvidar, es que la protección debe ser en vacaciones, en nuestra ciudad, así estemos en pleno invierno, o incluso si está nublado.

La dermatóloga asegura que las nubes funcionan como atenuantes, pero no como filtro. “Por eso, cuando caminamos bajo un cielo nublado terminamos quemados como si hubiésemos estado al sol. Con los días de viento ocurre lo mismo: no sentimos el calor del sol, pero los rayos queman de la misma forma”

–¿El uso de pantalla debe ser anual?

–Sí, especialmente en las zonas expuestas, y en los pacientes con lesiones previas o con tendencia a pigmentarse, como las pieles oscuras. Incluso, algunos lo usan dentro de sus casas o en los lugares de trabajo, porque hay lámparas o algunas pantallas de computadoras que transmiten rayos que pueden pigmentar la piel.

Rodríguez agrega que la incidencia de lesiones provocadas por el sol va aumentando, y en su consultorio ve la aparición de lesiones que van desde hiperpigmentaciones, léntigos y otras de malignidad variable, incluso en personas muy jóvenes.

Químicos y físicos

“El uso del protector es una de las medidas más importantes cuando estamos al sol, pero no es la única. siempre hay que apoyar este cuidado con barreras físicas. Usamos el protector como barrera química, pero hay que complementarlo con la vestimenta adecuada, gorras, estar en lugares cubiertos, reponer el protector al salir del agua o luego de transpirar si realizaste actividad física. Y hay que estar muy atentos a los niños, que siempre deben estar protegidos”, asegura.

En los menores, la piel es especialmente sensible hasta los ocho o nueve años, pero eso no implica que después no tengan que seguir protegiéndose. “Los niños pequeños no deben estar expuestos directamente al sol, sino hacerlo con ropa adecuada, meterse a la pileta con ropa adecuada, con gorras, y protectores solares indicados especialmente”.

–¿Cuáles son las consecuencias de no cuidarse del sol?

–Es importante saber que la piel tiene memoria y el sol produce una alteración en el ADN de la piel que no se traduce inmediatamente sino con el tiempo. La quemadura en los niños genera consecuencias de lesiones que aparecen en la juventud cada vez a más temprana edad y después en los adultos. Hay estudios que dicen que aproximadamente cinco quemaduras en la piel, hablamos de esas lesiones rojas que arden, que a veces se traducen con pequeñas ampollas y se despelechan, son suficientes para que en un futuro nuestra piel manifieste lesiones de diferente gravedad. Pueden ser manchas como pecas, que nosotros llamamos léntigos, y en un grado de evolución más agresivos las queratosis solares y lesiones malignas de diferente intensidad... hasta la aparición de cáncer de piel.

–¿Hay horas más seguras para exponerse al sol?

–En verano, entre las 8 y las 10.30 es seguro, con protector siempre. A partir de las 11, la incidencia solar es muy directa y se mantiene hasta las 17. A partir de las 18 también es tranquilo. Es cierto que no se genera un bronceado como en las horas pico, pero estamos hablando del cuidado en la piel y no de vernos lindos.

–Hace unas décadas, se utilizaban “bronceadores” para potenciar el color. ¿Hay un cambio de conciencia?

–Ya no se usan tanto como hace unos 20 años, como té de ruda, agua oxigenada, bebidas cola. Se usaban y hubo quemaduras muy graves, con lesiones cicatrizales, que dejaron secuelas. Igual, hay personas que aún con avanzada edad no se protegen del sol para estar bronceadas, y generan un fotoenvejecimiento atroz, con formación de arrugas, manchas y lesiones. Nuestra juventud tiene un poco más de conciencia.

–¿La cara es lo que más debemos cuidar en verano?

–Es el lugar más expuesto, y por eso suele el más afectado. Además, es la piel más sensibe y fina del cuerpo, y la que sufre en mayor medida las consecuencias, al igual que el cuello y las manos. Pero en la medida que estemos descubiertos, tenemos que cuidar todo el cuerpo de la misma forma. En época invernal tenemos que proteger esas áreas expuestas. Tal vez uno no toma conciencia cuando es joven, cuando disfrutamos de una pileta, de la playa, de la vida al aire libre, pero con el tiempo la piel nos pasa la factura y tenemos las consecuencias.

¿Cómo elegimos el mejor protector solar?

La oferta de pantallas solares es enorme, y eso también hace difícil elegir cuál es el indicado. La dermatóloga Andrea Rodríguez ofrece algunos consejos para elegir. “Hay un sinnúmero de protectores solares en el mercado, y siempre tenemos que tratar de optar por marcas reconocidas. Vale la inversión en protectores solares, pero tampoco hace falta gastar fortunas por marcas cosméticas reconocidas. Hay muchas marcas dermatológicas que tienen un buen desarrollo en cuanto a las técnicas de protección”, asegura.

“Ahora, además, hay un abanico de tipos de protectores, determinados para cada tipo de piel, para sexo, para pieles grasas, que no arde ojos, para deportistas, para niños, más fluidos o menos fluidos. Todos son válidos a la hora de protegernos. Lo ideal es siempre buscar un factor alto, de 50+”, concluye Rodríguez.

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