Cómo curar una quemadura con ampolla: lo que debes hacer y lo que resulta peligroso
Las quemaduras con ampolla son molestas y dolorosas: debes permanecer atento a su evolución, consultar con un especialista en algunos casos y sobre todo, cuidar de ellas con primeros auxilios simples para proteger la zona dañada de tu piel.
En primer lugar, cabe diferenciar entre los diferentes grados de las quemaduras: las de primer grado afectan únicamente a la capa externa de la piel. Sus síntomas son dolor, enrojecimiento e hinchazón. Las quemaduras de segundo grado afectan a la capa externa y a la capa subyacente de la piel, provocando dolor, enrojecimiento, hinchazón y ampollas, según Medline Plus.
Las más graves de todo el espectro son las quemaduras de tercer grado, en las que se destruye la epidermis y la dermis, además de dañarse el tejido adiposo subcutáneo, los nervios, el músculo e incluso los huesos. En algunos casos es posible perder por completo la sensibilidad de la zona dañada.
Cuándo debo acudir al médico por una quemadura
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Desde Mayo Clinic brindan algunos consejos para discernir cuando debes ir al hospital por una quemadura. Es imprescindible acudir al médico:
Cómo curar una quemadura con ampolla
En el caso de las quemaduras leves, es importante retirar la ropa, salvo que esté pegada a la quemadura.
Por qué resulta peligroso reventar la ampolla de una quemadura
Según Medical News Today, aunque algunas personas encuentren estas ampollas antiestéticas, pueden ayudar a prevenir infecciones y otras complicaciones. Son el mecanismo de defensa natural que el cuerpo utiliza para proteger la piel quemada subyacente mientras se cura.
Es importante dejar la ampolla intacta hasta que la quemadura que está debajo sane. No solo es peligroso, sino que ralentiza el proceso de curación. No le pongas hielo, no la aprietes ni manosees. Si se rompiese sola, limpia la zona con agua tibia y jabón suave.
Es importante proteger especialmente aquellas zonas de la piel dañadas por el sol, aplicando protector solar con frecuencia.
Algunas formas de prevenir las quemaduras incluyen alejar los líquidos calientes y las sustancias químicas de los niños, instalar detectores de humo, evitar la exposición solar directa en las horas centrales del día y poner especial concentración a la hora de cocinar, empleando ropa como protección.