ABCdesevilla Bulevar Sur Cosmética oncológica: cómo cuidar la piel cuando se tiene cáncer Más en Belleza Cortes «bob» para pelo rizado: así pueden potenciar tu melena Bulevar Sur
CONTENIDO PROMOCIONADO
Cómo (y dónde) puedes realizar un buen entrenamiento para ponerte en formaSegún las estadísticas recogidas por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) «una de cada ocho mujeres tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida». No obstante, la tasa de supervivencia es alentadora: el 90% de las personas que padecen cáncer de mama continúan vivas cinco años después de haber sido diagnosticadas. Por eso, coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la lucha contra el cáncer de mama, queremos poner el foco en uno de los efectos más obviados de los tratamientos oncológicos, como es el trastorno que causan en la piel.
La piel de los pacientes oncológicos sufre enormemente durante los tratamientos médicos. Y es que las alteraciones de la piel, las mucosas, las uñas y el cabello (la más conocida y visible) son propias de pacientes tratados con quimioterapia y/o radioterapia. Hablamos de trastornos que, a medida que avanza el tratamiento, se van manifestando de manera más o menos evidente, por lo que conviene tratarlos desde el inicio.
En concreto, la quimioterapia provoca sobre todo en las pacientes una sensación de sequedad, tirantez y escozor, pero también puede causar enrojecimiento y descamación. Además es frecuente la fotosensibilidad que favorece la aparición de quemaduras solares ante la más mínima exposición. Para combatir estos efectos, la AECC recomienda seguir unas pautas:
– Mantener la piel limpia y seca.
– Hidratar bien la piel a diario, especialmente las zonas de roce y el contorno de las uñas.
– Evitar aplicar sobre la piel productos que contengan alcohol.
– Evitar la exposición al sol.
– Evitar los baños calientes prolongados y optar por duchas con agua tibia para evitar potenciar la sequedad de la piel.
En cuanto a la radioterapia, los daños se concentran en las partes tratadas de la piel cuyas células son destruidas durante el tratamiento. Los efectos pueden ser el enrojecimiento de la zona (de aspecto similar al de una quemadura solar), la inflamación, la sensación de picor (prurito), la sequedad y descamación de la piel y, en casos más graves, la aparición de llagas.
El cuidado del área tratada con radioterapia ha de estar supervisado por el médico en todo caso, quien debe prescribir los productos que se pueden utilizar en la zona. Desde jabones, a cremas, perfumes o cualquier otro cosmético de uso habitual. Además, es indispensable proteger el área de la exposición solar y es aconsejable usar ropas ligeras con tejidos suaves que no opriman ni rocen la zona. Tampoco es aconsejable frotar estas partes tratadas con radioterapia y es necesario usar agua tibia para su lavado.
Durante los tratamientos oncológicos es posible que las pacientes tengan reacciones a ciertos productos cosméticos que antes no causaban ningún problema, por lo que se recomienda recurrir a nuevos productos más hidratantes y específicos, a ser posible sin perfumes, sin conservantes ni aditivos. De forma general, los tratamientos corporales de cabina se desaconsejan (salvo previa autorización del oncólogo), así como los «peeling» y las depilaciones.
Cuidados de la piel durante el tratamiento
En general, los productos que se deben usar tanto para la cara como para el cuerpo han de ser lo más suaves y neutros posibles. Para combatir la sequedad causada por estos tratamientos oncológicos, según la AECC «es muy útil el empleo de sustancias humectantes (sustancias que humedecen) y emolientes (sustancias que ablandan, como urea, ácido láctico…) así como productos que aportan componentes de la barrera hidrolipídica que se pierde (ácidos omegas…)».
Igualmente, el uso de filtro solar con pantalla total a diario es aconsejable para evitar la aparición de manchas oscuras en el cuerpo. Y a la hora de la higiene, lo mejor es usar champús y geles específicos que contengan la mínima cantidad de detergentes posible, sin espesantes químicos ni sosa.
Por otra parte, según la ACC, deben evitar los cosméticos que contengan sustancias como retinol, ácido glicólico, reafirmantes, algas, anticelulíticos o drenantes, ya que podrían producir reacciones en la piel. Igualmente no se recomiendan las limpiezas de cutis habituales, «aunque sí se pueden hacer tratamientos de oxigenación de la piel, realizados por un especialista», según la asociación.
La importancia de la limpieza facial
La limpieza de rostro diaria se hace imprescindible, tanto por la mañana, para eliminar el exceso de sebo producido mientras dormimos, como por la noche, para eliminar los restos de suciedad y/o maquillaje acumulados en el cutis. Eso, sí, realizar más de dos limpiezas durante el día podría resultar irritante para la piel del rostro. Esta limpieza facial diaria en pacientes oncológicos puede realizarse bien mediante productos que emulsionen y disuelvan las sustancias grasas (seguidos de un tónico), o bien mediante productos que se retiren con agua como jabones suaves.
Según la Fundación Ricardo Fisas Natura Bissé, especializada en cosmética oncológica, «es aconsejable hidratar la piel del cuerpo a diario (dos veces al día) con sérums, cremas y lociones ricas en mantecas de karité y mango. Los aceites de rosa mosqueta y avellana, así como el aloe vera, la urea, las vitaminas E+F y los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA’S), poseen un alto poder para restaurar el nivel de hidratación cutáneo. Además, calman, regeneran y protegen la piel».
En caso de sufrir sequedad labial, podemos recurrir a mantecas de mango o karité, así como aceites de rosa mosqueta o zanahoria que hidraten y reparen la descamación.
¿Qué cosméticos usar?
La cosmética oncológica es aún un campo por explotar sobre el que existe poca literatura científica, según nos confirman las responsables de LiCO Cosmetics, que se toparon con este terreno de manera casual. Y es que una de sus clientas, paciente oncológica, decidió, en medio de una noche de insomnio a causa de los picores en la piel, aplicarse en el cuerpo el aceite facial seco LiCO African Experience (concebido para uso facial). Con la sorpresa de que los picores remitieron de inmediato. «Nunca nos habíamos imaginado meternos por esa vía», declaran las creadoras de LiCO, quienes están valorando estudiar este tipo de aplicaciones en sus aceites.
Este es solo un ejemplo de que la cosmética a base de ingredientes naturales, tan demandada en la actualidad y pensada para nichos de mercado específicos, también puede tener aplicación en pacientes oncológicos.
Pero también encontramos marcas especializadas en este tipo de cuidados con productos pensados específicamente para cubrir las necesidades de las pacientes oncológicas. Sus productos se caracterizan por contar con fórmulas libres de aceites minerales, colorantes sintéticos, parabenos, perfumes o alcohol, ingredientes que pueden agravar el mal estado de la piel durante el tratamiento contra el cáncer. Por el contrario, son cosméticos a base de materias primas de origen natural con potentes agentes hidratantes y activos calmantes.
Consejos de automaquillaje
Quienes han pasado por el trance de un cáncer de mama (o cualquier otro), saben la importancia de la imagen en todo el proceso. La importancia de verse bien en el espejo para elevar la autoestima y afrontar la enfermedad con mayor fortaleza. Por eso, el maquillaje puede ser una herramienta más para sobrellevar la enfermedad y recuperar en cierta manera la identidad perdida por la pérdida del cabello, por ejemplo. Las claves de maquillaje para pacientes oncológicos sería:
– Preparar la piel: puesto que es uno de los puntos débiles durante el tratamiento la limpieza, hidratación y protección con filtro solar serán siempre el paso previo a la rutina de maquillaje. En este caso, para la limpieza, dejaremos de lado los exfoliantes y geles agresivos para optar por fórmulas suaves como el agua micelar, que limpia suavemente aunque en profundidad a través de las micelas. Después, lo ideal será aplicar una hidratante específica, con fórmula calmante para aliviar posibles enrojecimientos. Este mismo paso puede contener factor de protección solar, o podemos añadirlo como último paso de la preparación, preferiblemente con fórmulas de pantalla total.
– Corregir tonos oscuros, como las ojeras, será un paso fundamental para conseguir ese efecto buena cara que marcará la diferencia ante el espejo. Podemos aprovechar para cubrir rojeces con precorrector verde u otras imperfecciones para conseguir uniformidad en la tez.
– Unificar el tono con la base de maquillaje: consulta siempre con el especialista qué tipo de base de maquillaje puedes usar para potenciar la hidratación y favorecer la comodidad. Por lo general, lo ideal es recurrir a texturas ligeras con fórmulas libres de perfumes e ingredientes que puedan hacer reaccionar a la piel.
– Contorneado: es el paso que nos permitirá atenuar la posible hinchazón provocada por el tratamiento, en caso de que exista. Las correcciones dependerán de la forma del rostro de cada mujer.
– Retoque de cejas y ojos: puesto que las cejas y los ojos pierde expresión al caer el pelo durante el tratamiento en muchos de los casos, lo mejor será realizar un retoque que nos devuelva esos rasgos de manera sutil. Para las cejas, siempre un maquillaje marrón (lápiz o sombras) y para los ojos, un retoque en la línea de las pestañas.
Recomendamos
¿Sabes qué llevan tus productos de belleza?
Recomendamos
Consejos para prevenir las manchas del sol en la piel