‘Ozark’, temporada 4, parte 1: el brutal dilema entre la ética y la sobrevivencia llevado hasta el límite
Asumiendo que el principal atractivo de Ozark son las relaciones humanas y cómo el narcotráfico y la corrupción las enmarca en un contexto extremo, la cuarta temporada de la serie de Netflix sigue a lo suyo: una muestra áspera pero no por eso menos conmovedora del teatro de la vida. Uno de los ejes narrativos desarrollados a través de las tres temporadas previas llegó a su punto más alto. El futuro de la serie parece incierto en relación con algunos personajes y eso no tiene por qué ser un inconveniente.
El primer aspecto en el que hay que reparar es la acotación con la que se presenta esta temporada: “Parte 1” (de siete episodios). Aunque no habrá quinta temporada, lo estrenado no es el fin. Por tanto, hay mucho a tratar en los próximos capítulos (sobre los que aún no hay una fecha clara de estreno). Más allá de que pueda entenderse como una estrategia comercial y de producción, en series donde el detalle es tan importante y las relaciones necesitan tiempo de construcción, se agradece que se tomen el tiempo necesario para el desarrollo.
La relación que empezó de forma lineal con Marty Byrde (Jason Bateman) teniendo que gestionar su relación con Omar Navarro (Felix Solis), temporada tras temporada se fue diversificando hasta involucrar a los diversos componentes de la familia. En particular, el personaje de Wendy Byrde (Laura Linney) es uno de los que más se fue transformando con el pasar del tiempo, hasta el punto de propiciar alteraciones en Marty, un personaje que a ratos parece un monje zen antes que un especialista en finanzas en Ozark.
Ozark: el pulso entre ética y supervivencia llega hasta el límite
En un contexto marcado por turbulencias y gatillos que se aprietan con facilidad, el personaje de Maya Miller (Jessica Frances Dukes) surge como la figura capaz de manejarse entre dos aguas sin ensuciarse en el proceso; no solo eso, sino que también termina jugando sus cartas y ser fiel a sí misma, mientras sus decisiones desencadenan una avalancha de acontecimientos.
Ella, presentada en un principio como una embarazada, algo que vuelve aún más frágil su personaje, se transforma en una detective capaz de contradecir órdenes superiores porque para ella la ética prevalece ante todo. El detalle es clave, si se tiene en cuenta que Ozark es una serie en la que el fin justifica los medios desde el primer capítulo. Sin reparar en formas, todo aquello que se atraviese en el camino será desplazado. Maya Miller emerge como ese personaje que invita al espectador a que recuerde que, pese a todo, a un sistema y una plano de normas a las cuales atender.
La familia
Otro de los temas que atraviesa Ozark y que en la primera parte de la cuarta temporada también alcanza límites notables. De alguna u otra forma, todos los personajes principales están marcados por alguna pena, vacío o anhelo en este sentido. Esa ausencia o meta se posiciona como un vehículo hacia distintos caminos. Pasa con Marty y Wendy, quienes intentan salvar a sus hijos. Sucede con Omar, quien desea poder vivir la vida que nunca tuvo; y con Darlene Snell (Lisa Emery), quien luego de la muerte de su esposo también busco alguna suerte de compañía. También con Ruth (Julia Garner) y el deseo de darle a su hermano la posibilidad de tener un mejor futuro.
Varios de esos anhelos siguen en el aire y deberán resolverse en la segunda parte de la cuarta temporada, lo último que se tendrá sobre esta serie. En ese sentido, quizá el comienzo de esta entrega sirva como recurso simbólico. Marty y su familia viajan por la ruta y sufren una accidente, como si su libertad estuviera marcada por la tragedia y el sufrimiento, más allá de quien deje los bolsos con dinero en efectivo.
Los pendientes de Ozark
Luego de profundizar en dos de sus principales temas, el final de la primera parte de la temporada cuatro de Ozark dejó abiertas dos incógnitas, principalmente: las decisiones que tomará Ruth para vengar la muerte de su familiar y el rol que Mel Sattem (Adam Rothenberg) jugará dentro de toda esta trama, junto con la información que ha recopilado hasta el momento.
Puede que la serie reciente la ausencia del personaje de Helen Pierce, la abogada interpretada por Janet McTeer, en relación con las temporadas anteriores. Sin embargo, la mutación de los personajes y la incorporación de otros actores al juego hace que esa falta no se note en demasía. Al no ser la conclusión sobre lo que se viene trabajando durante tres temporadas, aún quedan pendientes por tratar. Mientras tanto, vale la pena seguir disfrutando de la que quizá sea la serie más importante sobre condición humana y narcotráfico luego de Breaking Bad.